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Photo: María Fernanda Espinosa Garcés, President of the seventy-third session of the General Assembly, gavels to a close the General Assembly’s annual general debate. UN Photo | Cia Pak

Salvo algunos disidentes, líderes mundiales se comprometen a impulsar el multilateralismo

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Por Ramesh Jaura

NUEVA YORK, (IDN) – El reclamo del Secretario General de la ONU, António Guterres, de enfrentar el “trastorno por déficit de confianza” generalizado, y la petición de la presidenta de la Asamblea General, María Fernanda Espinosa Garcés, de enfatizar la necesidad de consagrar a la Asamblea General como “la principal organización de consolidación de la paz a nivel mundial”, servirán como un llamado urgente a la acción de la comunidad internacional en este año que comienza. Esto se debe especialmente a que el 73º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018 se celebró en un contexto de creciente unilateralismo y migración a gran escala.

Aunque los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la Asamblea General coincidieron en el tema de hacer que las Naciones Unidas sean relevantes para todos los pueblos, enfatizando que sólo a través de un orden multilateral basado en normas puede la comunidad internacional enfrentar los desafíos que crecen y cambian, el abrumador consenso se vio empañado por notas discordantes de los Estados Unidos, Hungría e Israel.

En su discurso de apertura del debate general del 73º período de sesiones del 18 de setiembre, Guterres, secretario general de la ONU, advirtió que la creciente polarización y el populismo han dejado al mundo sufriendo de un severo “trastorno por déficit de confianza”. Declaró que aunque el nivel de vida de millones de personas ha mejorado, no se puede tomar eso por sentado, y que “el multilateralismo está bajo fuego precisamente cuando más lo necesitamos”.

Luego pidió a los dirigentes mundiales que renovaran su compromiso con un orden basado en normas, con las Naciones Unidas como su centro. Recalcó que “frente a las enormes amenazas existenciales a la población y al planeta —y a la vez un momento de brillantes oportunidades para la prosperidad compartida— no hay otra forma de avanzar que con una acción colectiva de sentido común para el bien común”. “Así es como reconstruimos la confianza”, afirmó.

Dijo que “a pesar del caos y de la confusión que reinan en el mundo, hay vientos de esperanza”, citando las iniciativas de paz entre Eritrea y sus Estados vecinos, la firma de un acuerdo de paz entre los dirigentes rivales de Sudán del Sur y las reuniones en cumbres de las que participaron dirigentes de la República Popular Democrática de Corea, los Estados Unidos y la República de Corea.

La presidenta de la Asamblea General de la ONU, la ecuatoriana Espinosa (cuarta presidenta mujer en la historia de las Naciones Unidas), dijo que el multilateralismo es la única respuesta viable a los problemas que enfrenta la comunidad internacional. “Nadie puede permanecer indiferente al sufrimiento humano”, dijo. “Las guerras, los conflictos, las crisis económicas y la degradación del medio ambiente nos afectan a todos por igual”.

Instando a la Organización a oír el llamado de millones de personas privadas de sus derechos civiles, los desplazados y los desocupados, hizo la siguiente declaración: “La gente debe sentir que lo que se habla en estos salones afectará su vida diaria”, afirmando que el enfoque de su presidencia será promover la igualdad de género, aplicar el nuevo Pacto mundial sobre la migración, y crear oportunidades de trabajo dignas para mujeres, jóvenes y personas con discapacidad.

Exhortó a los Estados miembros a que luchen contra la violencia de género, que reviertan leyes que están matando al planeta y consagren a la Asamblea General como la “principal organización de consolidación de la paz a nivel mundial”. Enfatizó que las amenazas que representan el cambio climático, la erosión de la biodiversidad, el tráfico humano, la contaminación ambiental, el desplazamiento a gran escala de migrantes y refugiados, el terrorismo y los conflictos étnicos se encuentran en el primer lugar de la agenda.

Como revela un resumen del 73º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, durante el debate general, los líderes mundiales compartieron sus respectivos puntos de vista sobre los desafíos más apremiantes de la comunidad internacional, que van desde el cambio climático, pasando por la proliferación nuclear y los conflictos prolongados, hasta la migración a gran escala, la desigualdad económica, la eliminación de la pobreza extrema y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Trump critica a Irán, Rouhani habla de “terrorismo económico”

Parece que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, desprecia esos nobles ideales. Defendió la soberanía del Estado, argumentando que las Naciones pueden trabajar mejor juntas cuando respetan a sus vecinos y defienden los intereses de su nación. Dijo que “La política de realismo basado en principios de Estados Unidos significa que no seremos rehenes de viejos dogmas, de ideologías desacreditadas y de supuestos expertos que han demostrado estar equivocados durante años, una y otra vez”.

Acusó al gobierno de Irán de sembrar el caos, la muerte y la destrucción, de violar las fronteras y la soberanía de sus Estados vecinos y de saquear los recursos nacionales, y añadió: “No podemos permitir que el primer patrocinador mundial del terrorismo posea las armas más peligrosas del planeta”. Reiteró su decisión de retirar a los Estados Unidos del Plan de acción Integral conjunto y de volver a imponer sanciones nucleares a Irán.

Sin embargo, el presidente iraní Hassan Rouhani contradijo esas acusaciones, respondiendo que Washington se había empeñado en volver ineficaces a todas las instituciones internacionales. Subrayando el cumplimiento iraní con todos sus compromisos hasta la fecha, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), criticó a los Estados Unidos por recurrir a una mala excusa para justificar su retirada del acuerdo y por presionar a otros países a que lo violaran.

Dijo que “estas sanciones unilaterales ilegales constituyen, en sí mismas, una forma de ‘terrorismo económico'”, y expresó su objeción a la intimidación por parte de los Estados Unidos. Enfatizó que ningún Estado o nación puede ser llevado a la mesa de diálogo a la fuerza, agregando que el diálogo podrá reanudarse cuando cesen las “amenazas y sanciones injustas que contravienen el principio de la ética y el derecho internacional”.

Avances diplomáticos

También se anunciaron avances diplomáticos y progreso en el ámbito de la política. Ri Yong Ho, ministro de relaciones exteriores de la República Popular Democrática de Corea, destacó los esfuerzos realizados para retomar la paz en la península de Corea.

Expresó que el presidente Kim Jong Un había llevado a cabo enérgicas actividades diplomáticas con el objetivo de transformar la península en una tierra de paz y libre de armas nucleares, reconociendo avances tanto en las relaciones Norte-Sur como entre la República Popular Democrática de Corea y los Estados Unidos. Agregó finalmente que “La península coreana, la zona más compleja del mundo, se convertirá en la cuna de la paz y la prosperidad”.

Varios dirigentes africanos destacaron los esfuerzos por lograr una democracia más fuerte y un desarrollo sostenible, al tiempo que pidieron más cooperación multilateral y la reforma del Consejo de Seguridad.

El presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, dijo que el cambio de mando pacífico (del gobierno de turno a la oposición) en su país demostraba el compromiso del mismo con la gobernanza democrática. Pidiendo una completa reforma del Consejo de Seguridad, señaló que África es la única región sin representación permanente y que no está lo suficientemente representada en la categoría de no permanente.

Los Ministros de los países del Cuerno de África señalaron la reconciliación en toda la región, así como el fin de la prolongada controversia de 20 años entre Etiopía y Eritrea, al igual que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Eritrea y Somalia.

“Luego de ser una de las regiones más asoladas por el conflicto en África, el Cuerno de África se está convirtiendo de hecho en la esperanza de África”, dijo Workineh Gebeyehu Negewo, ministro de relaciones exteriores de Etiopía, pidiendo al Consejo de Seguridad que considere seriamente levantar las sanciones impuestas a Eritrea.

Del mismo modo, Mahmoud Ali Youssouf, ministro de relaciones exteriores y cooperación internacional de Djibouti, recordó que su presidente y el de Eritrea acordaron recientemente abrir un nuevo capítulo entre “estos dos países hermanos”.

Pacto mundial, voces discordantes

Con todo pronto para la adopción del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, los oradores pidieron que se redoblaran los esfuerzos para ayudar a los migrantes. El entonces presidente de Brasil, Michel Temer, dijo que los migrantes enfrentan la constante amenaza de las crisis persistentes y que han tenido que tomar la decisión arriesgada de abandonar sus países de origen. Dijo que “hay un deber de protegerlos a través del Pacto Mundial sobre Migración”.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, declaró que su país ha trabajado en los últimos dos años para establecer los principios rectores del Pacto: el respeto de los derechos humanos de todos los migrantes, así como la responsabilidad compartida y el pleno respeto de la soberanía de los Estados, y añadió que “la adopción de este instrumento en Marrakech proporcionará a los Estados miembros un documento fundamental para la gestión internacional de la migración”.

Sin embargo, también hubo voces discordantes. Algunos Estados miembros cuestionaron esas opiniones, y Péter Szijjártó, ministro de relaciones exteriores de Hungría, anunció que su Gobierno no firmaría el Pacto porque promueve una sociedad multicultural, en lugar de una homogénea.

Declaró que “desde la perspectiva de Hungría, la migración es un factor desestabilizador”, y agregó que la migración no es beneficiosa para todos, especialmente para los países que acogen a un gran número de inmigrantes de diferentes culturas. Señaló que “la migración no es un derecho humano fundamental”, haciendo hincapié en que la violación de las fronteras nacionales no debería considerarse un derecho.

Reuniones de alto nivel

La Asamblea General de las Naciones Unidas también celebró varias reuniones de alto nivel para cuestiones específicas durante el período de sesiones. El 24 de septiembre (un día antes de abrirse el debate general) se celebró la Cumbre de Paz de Nelson Mandela, en homenaje a las virtudes del difunto presidente de Sudáfrica y su servicio a la humanidad.

Los dirigentes mundiales aprobaron por unanimidad una declaración política (documento a/73/L.1), declarando al período comprendido entre 2019 y 2028 como la “Década por la Paz Nelson Mandela”. Jefes de Estado y de Gobierno, así como otros representantes de los Estados miembros, reafirmaron su compromiso a defender la igualdad soberana de todos los Estados, garantizar el respeto de su integridad territorial y su independencia política, y cumplir el deber de abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza.

El 26 de septiembre, el presidente de la Asamblea General convocó una reunión de alto nivel para conmemorar y promover el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares. Durante la jornada, los jefes de Estado y de Gobierno, así como otros altos funcionarios de más de 50 países, delegaciones de Estados observadores y miembros de la sociedad civil, pusieron de relieve las muchas maneras en que las armas nucleares ponen en peligro a la humanidad, desde la modernización de los arsenales existentes por parte de las principales potencias hasta el riesgo de que esta mortal tecnología nuclear caiga en manos de terroristas.

La Asamblea también aprobó una declaración política titulada “Unidos para poner fin a la tuberculosis: Una respuesta mundial urgente a una epidemia mundial” en una reunión de alto nivel sobre el tema. Los Estados miembros reafirmaron su compromiso de poner fin a la epidemia mundial de tuberculosis para el 2030, comprometiéndose a acelerar las medidas nacionales y colectivas, las inversiones y las innovaciones en la lucha contra esta enfermedad prevenible.

Los jefes de Estado y de Gobierno reconocieron que la tuberculosis afecta de manera desproporcionada a las regiones y los países en desarrollo. Se comprometieron a asumir el liderazgo, reconociendo que las cepas resistentes a múltiples medicamentos podrían revertir los avances logrados en la lucha contra esta enfermedad, que sigue siendo una de las 10 primeras causas de muerte en todo el mundo.

La Asamblea, que celebró al día siguiente una reunión de alto nivel sobre el tema “Ampliar las respuestas multisectoriales y de los interesados en coordinación para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, firmó una declaración por la cual los dirigentes mundiales se comprometieron a intensificar los esfuerzos para prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, prometiendo mayor coherencia política mediante un enfoque transversal de gobierno.

En especial se destaca la necesidad de fortalecer los sistemas de salud, reorientándolos hacia la cobertura universal y la mejora de los objetivos sanitarios, al tiempo que debe promoverse un mayor acceso a medicamentos y diagnósticos asequibles, seguros, eficaces y de calidad.

El 10 de octubre, la Asamblea aprobó dos proyectos de resoluciones que contienen las declaraciones sobre la tuberculosis y las enfermedades no transmisibles. El 4 de diciembre se celebró otra reunión de alto nivel sobre las deficiencias y los obstáculos con que se enfrentan los países de renta media en la aplicación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Durante la reunión, que duró todo el día, los oradores realizaron duras críticas a los modelos de desarrollo diseñados por Estados ricos. Espinosa, la presidenta de la Asamblea, enfatizó que los países de renta media no podrán cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 a menos que los obstáculos que enfrentan sean debidamente abordados.

El primer ministro Gaston Alphonso Browne, de Antigua y Barbuda, hizo eco de ese sentimiento: “Por el bien de la humanidad, debemos trabajar en conjunto para crear un modelo de cooperación transformativo para el desarrollo global sostenible”.

El 18 de diciembre, la Asamblea conmemoró el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración y Programa de Acción de Viena y la Declaración sobre Defensores de los Derechos Humanos. Durante una serie de sesiones plenarias de alto nivel, la Asamblea rindió homenaje a los galardonados con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por sus destacadas contribuciones en la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, enfatizó que la defensa de los derechos humanos de todas las personas es el único camino posible hacia la paz. Declaró que los ataques contra los derechos y las libertades fundamentales de la Declaración Universal no están motivadas por el fracaso de dicho documento, sino que derivan de su éxito, e instó a los Estados miembros a trabajar por la paz y la justicia para todos.

Durante la parte principal del período de sesiones, volvieron a surgir preocupaciones sobre selectividad y doble moral, cuando la Asamblea examinó el Informe del Consejo de Derechos Humanos y consideró el aumento de la representación en el Consejo de Seguridad.

En su 20ª sesión plenaria, la Asamblea decidió conceder derechos y privilegios de participación adicionales al estado de Palestina cuando asuma su cargo de Presidente del Grupo de los 77 países en desarrollo y China, en el 2019.

Además, la Asamblea examinó por primera vez un proyecto de resolución que condena las actividades de Hamas en la Franja de Gaza. A pesar de obtener el apoyo de una mayoría simple mediante una votación registrada, no cumplió con los dos tercios necesarios para su adopción.

Recordando a Kofi Annan

La 73ª sesión estuvo marcada por otro acontecimiento significativo: el 21 de septiembre, la Asamblea rindió homenaje al exsecretario general Kofi Annan, fallecido el 18 de agosto, junto a los Estados miembros, colegas y familiares que lo recordaron como un hijo de África y como el único líder de las Naciones Unidas en surgir de las filas de la Secretaría.

Espinosa, la presidenta de la Asamblea, dijo en su discurso que Kofi Annan será recordado como un gran líder que trabajó por la paz, la seguridad y los derechos humanos. Recordó su lucha por la igualdad de acceso a la educación para niños y niñas, y contra el VIH/SIDA y la malaria. “Era de la familia”, dijo el secretario general Guterres, mientras que el exsecretario general Ban Ki-moon describió a Annan como un hombre humilde con una visión iluminadora.

El delegado de Madagascar, hablando en nombre de los Estados africanos, dijo que Annan siempre demostró su pasión por servir a la humanidad. El representante de Sri Lanka, en nombre del Grupo de Asia y el Pacífico, recordó la gran contribución de Annan a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que sacaron a millones de personas de la pobreza.

Kojo Annan dijo que su padre siempre vivió según el credo: “Lo único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada”. [IDN-InDepthNews, 28 de diciembre de 2018]

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